jueves, 29 de enero de 2009

ruptura

Ruptura

Te odio. Realmente con el tiempo he llegado a aborrecerte. Al principio solo me molestabas por la mañana, a la hora de levantarme. Luego, me empezó a desquiciar tus llamadas incesantes, diarias, incluso los fines de semana. ¿Es que nunca descansas, ni los días festivos?
Por cada llamada que no quería contestar, me lo recordabas con mala leche, y no solo una vez, no, varias veces al día. Sin hablar de los sms (serial mensajes salientes) que me disparas como una metralleta. ¿Y si no quiero contestar ,qué pasa? ¿Y si estoy ocupada? ¿Has pensado alguna vez en esto? Y si simplemente no me apetece hablar contigo? Pero no, el señorito ni se plantea estas posibilidades, el señorito es demasiado vanidoso para esto. ¿ Te crees importante verdad?
Cuando pienso que al principio, te veía tan guapo, tan sofisticado, lleno de posibilidades, tenias tanto glamour . Me quedé impresionada ,poco a poco me estaba enamorando de ti. No se puede resistir a tanta belleza, lo confieso. Y mis amigas estaban todas extasiadas delante de ti:
- Qué suerte tienes, Clarisse, nos das mucha envidia!
Estar contigo me hacía sentir importante, es que me costó mucho encontrarte, no fue cosa fácil, la verdad. Antes estaba con uno mucha más ordinario, más simple. Pero te dejé instalarte poco a poco en mi vida diaria, de forma sútil , te has incrustado en mis días y en mis noches.
Ahora me toca ir corriendo a atender tus exigencias, si estoy en la ducha con champo en los ojos, te da igual, si estoy trabajando, no respetas mi horario laboral, el domingo me despiertas y me entran unas ganas de asesinarte; en pleno ascensor a tope de gente como sardinas en una lata, también me persigues, y en el metro hora punta, lo mismo; cuando estoy en terapia con mi psicólogo que ha recetado ansiolíticos por culpa tuya, también me acosas.

La verdad, quieres que te diga? No puedo más, no te soporto más, no tolero ni un minuto más este control en mi vida y la pérdida de mi intimidad. ¿Así que sabes lo que voy a hacer contigo, bichito mío?

Te voy a desconectar, te voy a quitar la batería, me voy a tragar el chip, la tarjeta sim, el puk y la carcasa si es necesario. Te voy a matar, a exterminar, borrarte del mapa, te voy a reducir a un vulgar montón de chatarra, no te podrá liberar nadie, ni el paquistaní de la esquina, tampoco podrán reciclarte, no quedara ni una trozo de ti, mi querido móvil Nokia 6688, tus días están contados. Estas acabado.

domingo, 25 de enero de 2009

micro relato

Pastelito connection

Lunes te ofrezco un dulce de coco con crema pastelera con gotas de entusiasmo. Pareces triste esta mañana, pero yo ya me he enamorado de ti.
Martes, tengo para ti un Sacher con virutas de chocolate blanco con una nube de cariño. Ya te vas más contenta.
Miércoles, te he preparado un bizcocho de moras con mouselina de moka con una dosis de admiración. Hoy te he notado más alegre, chica de mis sueños.
Jueves, me he superado con un hojaldre con crema soufflée con un mínimo de atracción. Solo para ti, amor.
Viernes, tengo en la bandeja unos bollitos rellenos de marrons glacés, con un poco de enamoramiento. Me supero a mi mismo para ti.
Sábado, te espero con un tiramisú en vasito helado con una cantidad elevada de seducción.
Domingo, es mi victoria final, te regalo una bomba de chocolate con una profusión de pasión. Te amo.

MICRO RELATOS

EL GATO BOCUSE

El gato Bocuse parecía un gato normal. Pero su alimentación era muy peculiar.
Marisa su dueña, le adoraba como si fuera su hijo. Lo trataba como un rey. Bocuse nunca se había rebajado a comer croquetas friskies, patés u otras latas infames. Esta comida basura para los felinos del extra radio, opinaba él.
Así que Marisa se las ingeniaba para prepararle unos manjares exquisitos tipo “Nouvelle Cuisine”. Pato de Pekín con frambuesas, besugo a la mousseline de ajos con crema de alcachofas, trufas confitadas con sus raviolis estilo Toscana.
Pero si Bocuse renegaba del imperio friskies, odiaba la cocina francesa. Lo que él realmente amaba, eran los burguers de queso, las patatas super size con salsa kétchup y los nuggets de pollo. Pero nunca se lo iba a decir a Marisa, pobre Marisa, Bocuse era un gato rarito pero sensible.

MICRO RELATOS

ABONADO AUSENTE

AQUÍ EL CONTESTADOR DE ALVARO GOMINA, EN ESTOS MOMENTOS NO ESTOY, DEJE SU MENSAJE DESPUÉS DE LA SEÑAL.GRACIAS.BIP
-ÁLVARO, SOY YO, ELENA, SÉ QUE ESTÁS AQUÍ, TENGO QUE HABLAR CONTIGO, POR FAVOR ¡LLÁMAME!
- AQUÍ EL CONTESTADOR DE ALVARO GOMINA, EN ESTOS MOMENTOS NO ESTOY, DEJE SU MENSAJE DESPUÉS DE LA SEÑAL.GRACIAS.BIP
-ÁLVARO, NO ME HAGAS ESTO, TENEMOS QUE VERNOS, TE HAS IDO SIN DARME EXPLICACIONES, SIN MÁS, ¡POR FAVOR DIME ALGO!
AQUÍ EL CONTESTADOR DE ÁLVARO GOMINA, EN ESTOS MOMENTOS NO ESTOY , DEJE SU MENSAJE DESPUÉS DE LA SEÑAL.GRACIAS.BIP
-ÁLVARO, BASTA YA, NO TIENE GRACIA, DIME ALGO , DAME UNA OPORTUNIDAD , TE JURO QUE VOY A HACER UN DISPARATE…
-¿BIP?
-¿ÁLVARO? POR FIN CARIÑO, POR FIN PUEDO DECIR LO MUCHO QUE………
-NO SEÑORA, SOY EL CONTESTADOR AUTOMÁTICO.POR FAVOR DEJE SU MENSAJE DESPUÉS DE LA SEÑAL. BIP,BIP, BIP…

Elisabeth

Elisabeth
Me pareció raro que perdiste el tren
Cuando llamé a tu casa, me dijeron que no estabasMe pareció extraño cuando encontraron tu coche Con la perta abierta y las llaves puestas
Estimada Elisabeth Espero que estés bien estés donde estés Todo fue un infierno Te quería ayudar y no puedo
Por qué no olvidar las cosas que hizo él Y recordar cuando te quería con locura Erais felices los dos, juntos para siempre No te castigues más, olvídalo
Estimada Elisabeth Espero que estés bien estés donde estés Todo fue un infierno te quería ayudar y no puedo

Me dijeron que quizas estarías con tus padres
Te encontré en tu dormitorio
Donde siempre venias aqui de pequeña
En tu mesitas un frasco vacio de pastillas
Estimada Elisabeth Espero que estés bien estés donde estés Todo fue un infierno Te quería ayudar y no he podido

Me llamo Bagdad

Me llamo Bagdad
Vivía feliz, yo Dar As SalamEn mis palacios de oro negro y piedras preciosas El Tigre fluía en suelos de cristal Miles de príncipes bailaban En mis fiestas de las mil y unas noches Me llamaban la ciudad llena de gracia ¿Dios qué han hecho conmigo? Me llamaban capital de la luz Ahora todo son cenizas Me llamo Bagdad Y caí bajo el fuego de los blindados Me llamo Bagdad
Princesa desfigurada Sobrevivo en mis tierras Dar As SalamComo una pobre vagabunda
Bajo los buldóceres Lloro mi belleza en ruinas Es mi alma que han asesinado Me llamaban la ciudad llena de gracia ¿Dios qué han hecho conmigo? Me llamaban capital de la luz Ahora todo son cenizas
Me llamo Bagdad Y caí bajo el fuego de los blindados Me llamo Bagdad
Princesa desfigurada
Sheherazade callara para siempre Sus cuentos de las mil y unas noches

viernes, 23 de enero de 2009

Rendez-vous


Rendez-vous

15 minutos.
15 minutos de retraso
No se lo podía creer. Clarisse se había levantado muy pronto esta mañana. Se había duchado, lavado el pelo, se había puesto unas gotitas de Chanel, se había comprado una blusa lila para la ocasión. Tenía el pelo brillante, sedoso, se había puesto un acondicionador con olor a mango. De acuerdo, había venido con bastante antelación pero llevaba un libro con ella; siempre se llevaba algo para leer a cualquier parte; ahora estaba terminando Mrs Dalloway de Virginia Woolf. Pero no podía tener tanta paciencia, era 15 minutos de retraso. Esta cita era la segunda, ella sabía que habían pasado los dos la primera prueba, la de la primera cita: la que lo determina todo. ¿Le gustaré, seré lo suficientemente guapa y atractiva para él? Me volverá a llamar?
Habían tenido suerte, los dos se gustaban. Con lo difícil que es llegar a la segunda cita. Estaba nerviosa, un poco irritada de momento. Había pedido un capuchino, y la plaza Virreina le encantaba con su encanto bohemio de siempre.
Él era un chico muy agradable, muy sencillo y sincero. Era más joven que Clarisse pero no importaba, no era guapo pero tenía una sonrisa encantadora. Le había confiado sus problemas, sus angustias, confiaba totalmente en ella. Estaba terminando sus estudios de química en la Universidad. Pero lo que provocó en Clarisse este deseo urgente de volver a verle, de no perderle era su amor incondicional: él estaba loco por ella, suspiraba por ella, le decía continuamente que la echaba de menos y le dijo varias veces “ me estoy enamorando de ti”. A ella le gustaba tanto, por fin un hombre capaz de demostrar sus sentimientos, de transmitir sus emociones. Aunque no tenía nada en común ella deseaba esta relación, y sabía que la segunda cita era primordial. La primera fue un esbozo la segunda era algo mas definitivo, una relación.
Se estaba poniendo nerviosa.
-“Vamos, seguro que está atrapado en el tráfico…o me está comprando flores, sabe que me gustan los tulipanes…no, no, seguro que es por la lluvia, ya se sabe que en esta ciudad, cuando llueve, es un caos…seguro, seguro que es esto”
20 minutos.
20 minutos de retraso.
¿Cómo podía tener tanta cara? Si tienes una cita con una mujer, debes legar puntual. No puedes llegar tarde, como mínimo avisas, mandas un sms, una llamada, una perdida, algo!
Pero no decir nada, es el colmo!
¿Más capuchino? Ya se había bebido dos, y le sabían a amargura. Las elucubraciones mentales de Mrs Dalloway empezaban a pesarle. Ya se había leído el periódico local dos veces, ya no tenía mas maneras de matar el tiempo. No iba a llegar, pero ya le daba igual. Estaba furiosa, otra relación que muere antes de empezar, como siempre! Con lo bien que podría estar en casa, tranquilamente. Tenía un manuscrito por corregir, una amiga esperaba una llamada suya, y 30 páginas a traducir. Entonces, ¿Por qué estar aquí perdiendo el tiempo para un maleducado, un grosero, un impresentable que no tiene ni idea de tratar con las mujeres!
30 minutos.
30 minutos de retraso.
Clarisse pagó los dos capuchinos, recogió su libro, se levantó y se fue hacia el parking. A lo lejos oía al chico llamarla. Tres veces:
-¡Clarisse! ¡Clarisse! ¡Espérame!
Ella sacó su mp3 se puso los auriculares, y se fue.





Micro relato el gato Bocuse

EL GATO BOCUSE
El gato Bocuse parecía un gato normal. Pero su alimentación era muy peculiar.
Marisa su dueña, le adoraba como si fuera su hijo. Lo trataba como un rey. Bocuse nunca se había rebajado a comer croquetas friskies, patés u otras latas infames. Esta comida basura para los felinos del extra radio, opinaba él.
Así que Marisa se las ingeniaba para prepararle unos manjares exquisitos tipo “Nouvelle Cuisine”. Pato de Pekín con frambuesas, besugo a la mousseline de ajos con crema de alcachofas, trufas confitadas con sus raviolis estilo Toscana.
Pero si Bocuse renegaba del imperio friskies, odiaba la cocina francesa. Lo que él realmente amaba, eran los burguers de queso, las patatas super size con salsa kétchup y los nuggets de pollo. Pero nunca se lo iba a decir a Marisa, pobre Marisa, Bocuse era un gato rarito pero sensible.