martes, 30 de junio de 2009

CAMINO CAMINANDO


A la izquierda
Me dijo él
Me perdí
A la derecha
Me dijo ella
Había obras
Todo recto
Me dijo mi instinto
Era un callejón sin salida
Di la vuelta furiosa
Y encontré mi vía

domingo, 28 de junio de 2009

INFELIZ CUMPLEAÑOS

Sopla, sopla las velas
Que es tu cumpleaños feliz
Me han despedido, no soy feliz
Que voy a hacer, no hay empleo
Hacer cola con los desgraciados
Con un número en la mano
Ponte derecha, te hacemos la foto, sonríe
No quiero sonreír, para qué
Mi mejor amiga no me ha llamado
Pasa de mi, paso de estas velas frágiles
Si no suena el teléfono, para qué, silencio
Tengo más de 40 años, demasiados años
Comer vosotros este pastel amargo
Que cumplas muchos más, es lo importante
Si hasta la muerte voy a cumplir muchos
Tengo migraña, llevo días, qué dolor
Pero hay que sonreír y comer y sonreír
Dejarme pensar, mi pareja no esta
Claro me ha dejado hace 2 años
Es el mejor día de mi vida, sabor a chocolate
Toma un trozo de pastel, anímate
Con los 10 kilos que me sobran, dame pastel
Más calorías, más problemas para mí
Es mi cumpleaños, que alegría
Infeliz cumpleaños te deseamos todos

sábado, 27 de junio de 2009

FIESTA FIASCO


Fue una fiesta amarga y triste
No debía ser así
Las copas de cava no tenían chispa
Tenía hambre, el pica pica
Era variado, colorido pero indigesto
Los invitados hablaban sin parar
No decían nada, morían las palabras

Fue una fiesta amarga y triste
No debía ser así
Tantas voces y gritos y risas falsas
Las mujeres llevaban vestidos elegantes
Que guapas eran, y qué solitarias
Mujeres arrinconadas, hombres lejanos
Tanta gente, tantas lágrimas contenidas

Fue una fiesta amarga y triste
No debía ser así
Quería conversar, estaba sola
Rodeada de mucha gente, aislada
Me bebí una copa de cristal sin respirar
Me atraganté , con este sabor a derrota.

sábado, 20 de junio de 2009

ESTRELLAS MICHELIN

El restaurant de Jean Luc era la primera etapa del inspector. Su cocina de Normandía exigía un gran apetito y no tener miedo a los kilos, el colesterol y la nata de sus platos. Jean Luc estaba al borde del suicido por haber perdido su estrella Michelin.Por culpa de él.
El foie gras era delicioso, fundía en la boca, como siempre. Las patatas a la cidra, deleitaban su paladar de gourmet, de inspector gastronómico.
Las ostras que le habían servido el camarero con las manos temblando, ya tenían otro sabor. Lo mismo le paso con el strudel de langostinos con mantequilla de centello. Sabían a miedo. Miedo auténtico, profundo, con un toque de inquietud. Lo de siempre.
Cuando probó el postre, un caviar de tatin de manzanas caramelizadas con vainilla, la sentencia cayó: menos una estrella. La Tatin sabía a pánico.
El Inspector se levantó, se seco los labios con el borde de la servilleta de lino blanco y se fue. Otro chef se iba a quedar sin estrella. Jean Luc empezó a llorar.
El inspector gastronómico empezaba a cansarse, toda la comida era exquisita, siempre muy exquisita, con nombres pomposos y camareros serviles pero sabía a miedo. Todas. Así no se puede comer, gruñía el hombre firmando su libreta.
Dejó la gastronomía francesa para atacar a la siguiente de su lista:
La italiana, la cocina del Chef Giovanni, donde acudía desde hacía 20 años.
Giovanni era un hombre amable y risueño pero últimamente había notado un cambio en su carácter: tenía, el también miedo a perder su estrella. Ya se la había quitado antes y el hombre necesitaba recuperarla. Sabía que su cocina era exquisita y esperaba un buen resultado. Giovanni también necesita recuperar su estrella perdida.
Se sentó en la silla y se puso la servilleta alrededor del cuello, como un niño goloso. El antipasta no había cambiado: mozzarella di bufala a la caprese. Le sirvieron dos platos de carnes porque quería evitar que le prepararan siempre lo mismo, al inspector gastrónomo le gustaba jugar con la gente. Así que probó unos Scallopine di vitello con formaggio crotonose seguido de un Filet mignon con pepperoni arrostiti.
Masticó, y masticó y notó este gusto amargo de preocupación: los scallopine eran cremosos como siempre pero con una nota extrema de susto. Lo de siempre. Así que Giovanni puedes decirle adiós a tu estrella y el inspector sonrió. A él no le iban a engañar o la comida sabía a comida o no había estrella.
Su siguiente víctima era Xeng li, el Chef japonés. Xeng li cocinaba muy bien desde la infancia , aprendió de su padre pero también había perdido su estrella.
El inspector se pidió un Miso Shiru , le encantaba la sopa con soja y Wakame y una bandeja de sushis variados.
El chef Xeng le había preparado unas costillas de cerdo rebozada y servida con una deliciosa salsa de soja. El cerdo era una delicia porque lo habían dejado en marinade con miso.
El inspector pidió una ración de tempura de verdura y langostinos porque no se podía resistir .Pero la comida le había dejado un mal sabor de boca: sabor a ansiedad con algo de depresión. Todos esos chefs eran iguales, dejaban su preocupación fundirse y pegarse a la comida ,era intolerable. El inspector se levanto de la mesa, furioso y xeng li supo que tendría que luchar otro año para su estrella perdida.

El último restaurante era Hindú y su dueño era el chef Shakir que llevaba la cocina con su hija Benazir.
Las Pakoras unas verduras rebozadas en pasta de garbanzos hacían la gloria de este restaurante. El inspector no las tuvo que pedir, Benakir ya le dejaba el plato en la mesa. Después le sirvieron el famoso pollo tandoor , era único. El inspector pidió un lassi de postre y terminó la comida con una queso fresco paneer. Como no ,el queso olía a aflicción y el pollo a angustia. Imposible continuar así.
Se fue del restaurante muy ofuscado.
Toda la comida , francesa, italiana, japonesa e hindu sabia a miedo. Miedo puro. El inspector estaba tan enojado que pidió unos días de vacaciones y se fue a la costa catalana a ver el mar. Allí, en Roses, iba a relajarse.
Claro que allí estaba el Bulli, el restaurante numero 1.
Allí sí que se lo iba a pasar bien. Comida sin miedo.

Allí se sentó a una mesa con vista al mar, el chef que no necesitaba estrella, más bien le sobraba ,le sirvió un pressé de col, foie-gras de pato y trufa negra y una terrina gelée de buey de mar con sesos de cordero y calabacín.
Después como regalo de la casa, un milhojas de cabeza de ternera y bogavante, acompañado de chipirones rellenos de espárragos verdes y setas de bosque con risotto. El inspector disfrutaba como nunca, el mar, y esos manjares, era el paraíso. Además, escuchaba música clásica, estaba rodeado de gente guapa con mucha dinero y todo sabia a gloria. Terminó con un bressanne de cerezas con sorbete de peras.
Se despidió del chef catalán y volvió al hotel, muy satisfecho. Pero al cabo de poco tiempo notó una sensación rara en su paladar, que se confirmó al cabo de una hora: sabía a angustia pura. Toda la comida sabia a angustia!

Furioso, se fue a su casa. Allí si que iba a cenar bien, a gusto.
Entro en la cocina, se puso el delantal que le regalaron cuando le quitó la estrella a su primer chef y se preparo un plato de espaghettis de lo más sencillo. Trituró unos tomates frescos comprados en el mercado de la boqueria y corto unas hojas de albahaca de su terraza, donde tenía un mini huerto de hierbas frescas.
Se sentó en la mesa, con una copa de Bordeaux y comió los espaguetis. Pero no pudo terminar su plato, toda la comida tenía mal sabor, sabor a mala leche, a cabreo, a maldad, sabor a él. Descubrió con horror que su propia amargura amargaba a la comida. Se pregunto si todo le iba a saber tan mal y probó una tableta de chocolate negro, unos pimientos de piquillo, unos pepinos, un yogur griego, unos caramelos, un a trufa, todo, todo, todo sabía a amargura. El inspector, desesperado, empezó a llorar y cuando levantó la cabeza para ver por la ventana, vio como 4 estrellas en el cielo brillaban más que de costumbre…

viernes, 19 de junio de 2009

DETRAS DE LA VENTANA



Miro por la ventana y veo el sol, el sol y el mar
Sobre todo el mar, tan azul, tan tranquilo
Me gusta mucho ver el mar, el agua azul
Me calma, me recuerda las vacaciones y a mi madre
Cuando ella me cuenta historias de sirenas
Me gusta ver el mar, el azul como una postal
Pero estoy detrás de la ventana, no puedo abrirla
Casí puedo tocar el mar con mi mano
Pero abrir la ventana no ,dijó el señor de blanco
El mar lo puedes ver por la ventana
Puedes verlo desde tu cama incluso, no preguntes
Miro por la ventana y veo el mar azul
Y las palmeras que me recuerdan el ultimo verano
Aquí no hay vacaciones ni cole ni nada
Solo estoy en una cama todo el día
Miro por la ventana, pronto vendrá mi mama
Y miraremos el mar las dos, ella llorando
Yo no quiero llorar, el mar me gusta tan azul
El hombre de blanco me dice que tranquila
Hay como una planta en tu interior, es mala
quizás te cures,no sabemos
Me gusta el mar, tan azul detrás de mi ventana…

martes, 9 de junio de 2009

PASTELITO CONNECTION

Este microrelato será publicado en octubre 2009 en una antología editada por ediciones OROLA de Madrid.
Estoy muy orgullosa................ es un buen regalo de cumpleaños!



Lunes: te ofrezco un dulce de coco con crema pastelera con gotas de entusiasmo. Pareces triste esta mañana, pero yo ya me he enamorado.

Martes: tengo para ti un Sacher con virutas de chocolate blanco con una nube de cariño. Te vas más contenta.

Miércoles: te he preparado un bizcocho de moras con mouselina de moka con una dosis de admiración. Hoy te he notado más alegre, chica de mis sueños.

Jueves: me he superado con un hojaldre con “crème soufflée” con una pizca de atracción. Solo para ti, mi amor.

Viernes: tengo en la bandeja unos bollitos rellenos de “marrons glacés”, con un poco de adoración. Me supero a mi mismo para ti.

Sábado: te espero con un tiramisú en vasito helado con una gran cantidad de seducción.

Domingo: es mi victoria final, te regalo una bomba de chocolate con una profusión de pasión.
Eres mía.