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martes, 1 de diciembre de 2009
Serotonina story
Tomás era un hombre muy raro.
Era un desgraciado, vivía en casa de su madre, le habían despedido de su trabajo, y como no, no tenia novia.
Después de pensárselo mucho, encontró la manera de recuperar su auto estima: hacía colección.
Pero no una colección de sellos, de libros, o de miniaturas, no señor: coleccionaba depresiones.
Así que se apunto a un circulo de divorciados-separados-solteros y después despegar una cuota mensual deprimente conoció, muy rápidamente a cuatro encantadores mujeres que una, tras otra iban a completar su colección particular:
Conchi: visión pesimista del mundo y de ella misma, desinterés total por la vida. Poca valoración personal continua, auto reproches constantes, se siente culpable e inútil Incapaz de tomar decisiones. Problemas de cambios de humor
Maria Dolores, apodada Lola: tristeza que no se atenúa incluso cuando las cosas van bien. Pocas capacidades de adaptación, e imposibilidad de comprometerse en algunos centros de interés.
Merche: totalmente inhibida, carente de impulso vital, poca energía, actividad intelectual muy baja, reducción considerable de las actividades cotidianas. Dificultad para concentrarse, para reflexionar, alto sentimiento de frustración.
Inès: crisis de ansiedad, problemas de insomnio, se queja mucho tendencia a las ideas suicidas, anorexia y bulimia, ausencia total de libido, muy irritable. Desespero profundo, maniaco depresiva diagnosticada.
Tomás era feliz, con tanta miseria femenina, se sentía mejor.
Sin embargo, le faltaba la quinta pieza para completar su colección, la encontró en un clic, se llamaba Clarisse.
Llegó a la cita con una expresión un poco extrañada. Se sentó y pidió una tila.
Visión pesimista del mundo, falta de voluntad, auto culpabilidad, inercia, pasividad ante los acontecimientos, imposibilidad de superar la soledad, ninguna voluntad de pasar a la acción, sentimiento de odio hacía los demás, victimismo, política del avestruz, poca tenacidad falta de sueño evidente, inhibición sexual obvia.
En fin, una perla.
Tomás no pudo terminar su colección, cuando se fue Clarisse haciéndole un guiño de ojo, tuvo que enfrentarse a su propia depresión.
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