martes, 18 de mayo de 2010

KEN, MI AMOR




—Mira, mira, pero es que es fantástico!
—¿Por?
—Tiene una pile d seda, y un piercing
—-Si, a mi también me gustó al principio
—¿Y qué ,en la cama qué?
—Totalmente sumiso, hago lo que quiero con él.
—¡Vaya que envidia me das¡
—Bueno, no exageres
—¿Y está bien dotado no? Por el precio que has pagado?
—Muy bien dotado, esto si
—¿Este mando?
—Es para controlar el vaivén, ya sabes
—¡Chica, vaya noches te debes pegar con el Ken este¡
—Bueno, si , supongo
—Te veo un poco desanimada. Qué pasa?
—Nada, cosas mías.
—Pero te lo han entregado a casa, aguanta horas en la cama con pilas normales, no habla, responde a todas tus fantasías sexuales. No te entiendo.
—Es que son todos iguales
—¿Quien?
—Los muñecos hinchables. Todos iguales
—No te entiendo.
—Es infiel, ve la tele cada noche, ronca en la cama, bebe litros de cerveza, solo quiere ver futbol, no lee ni un libro y es un cobarde.
—¿Vaya, habrá que cambiar de marca, no?

1 comentario:

  1. Ni los muñecos son perfectos ya. Jajaj.
    Y yo a Ken no lo puedo ver. Lo mismo que a la Barbie.

    Mejor sola que mal acompañada. Dicen...

    Besos.

    ResponderEliminar