BINOMIO FANTASTICO: serpiente/ cojín
BAÑO TURCO
Tengo hora a las 18h00, me va a ir de fábula, estoy agotada, al borde del colapso nervioso. Nada más entrar, me impacta la belleza del Amman. Toda la decoración procede directamente de Marrakech: lámparas típicas, inmensos sofás a lo largo de todas las paredes, arquitectura de mármol y estuco blanco. Los azulejos son de época, esplendidos, jamás había visto una cerámica tan exquisita. Una enorme fuente que parece venir directamente de la Alhambra reina en medio de este palacio árabe. El agua está fresca, cristalina, me entran ganas de bañarme desnuda... Camino encima de alfombras persas que no se encuentran ni en las mejores tiendas de Barcelona.
Me cambio en un vestuario femenino y en medio de los perfumes de sándalo y pachulí que flotan en todo el aire del Amman, me visto con una simple toalla: estoy lista. He pedido un tratamiento combinando el baño de vapor con masajes con aceites esenciales. El baño me deja totalmente relajada, luego me acompañan a un salón privado donde me estiro encima de uno de estos maravillosos sofás. En las paredes, están colgadas unas lámparas marroquíes, hechas en piel de cabra en forma de pirámides y que difuman un discreto color granate en el salón, esta decoradas con henna de color pruna.¡ Me encanta este sitio!
Al suelo, encima de una mesita hay una fuente tradicional de barro, color ocre , barnizada típica de la ciudad de Essaouira: ofrece frutos secos y pequeños pasteles árabes, rellenos de miel y pistachos , son una bomba calórica, pero no pienso resistir a este deleite del paladar que me susurra:”cómeme, cómeme…”
Cierro los ojos y mientras degusto estos pastelitos exquisitos, huelo el perfume de las velas encendidas; es una mezcla de musco y sándalo con notas de flor de azahar…estoy embriagada…
Lo que no había notado, eran los cojines, son increíbles: son tan bellos que no me atrevo a tocarlos, están bordados con hilos de plata y oro, con colores brillantes, púrpura, lila con una textura de seda extremadamente suave. Pongo uno debajo de mi cabeza y dos más debajo de mis tobillos. Me siento tan bien, estoy flotando en un mar de cojines, en un océano de paz , y delicia; unas oleadas de placer planea encima de mi cuerpo: ¿Dios qué me pasa? Hace mucho tiempo que no siento esta sensación, incluso en mis mejores noches de pasión con mi novio! Deben ser las esencias orientales, los pastelitos, yo que sé…
Abro un poco los ojos, solo un poco y veo colgando en el techo una preciosa lámpara siria de color rojo, con arabescas oscuras, que refleja sus rayos de luz en la semi oscuridad del salón: los rayos son oscuros, largos, torcidos, parece un sol que se ha vuelto loco, y en mi mente perdida parecen serpientes…. De nuevo cierro los ojos, qué más da, estoy tan bien.
De hecho, ya no siento mi cuerpo, los cojines son como plumas celestiales tan suaves que me acarician el cuerpo; las serpientes bajan lentamente de la lámpara y llegan a mis pies; se enrollan alrededor de ellos, y las dejo, son gráciles y su contacto con mi piel es como el terciopelo…….no me asusto, al contrario, debería, pero no tengo fuerzas, es una delicia, luego suben despacito hasta mis piernas, luego hasta mis caderas y van subiendo poco a poco. La emoción es indescriptible, no puedo moverme, estoy en el paraíso pero me siento tan extasiada que me da igual todo, estoy flotando en un océano de cojines y serpientes, de serpientes y cojines y lo único que deseo es que este baño turco no acabe nunca…
Irène
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